ESCAPADAS: VALVERDE DE LOS ARROYOS

Si os apetece perderos por algún pueblo con encanto y que no quede muy lejos de Madrid, podéis acercaros a pasar el día a Valverde de los Arroyos.

Está situado a unos 80 kms de Guadalajara y forma parte de la ruta de los pueblos de la Arquitectura Negra de la sierra de Guadalajara, que deben su llamativo nombre a las características construcciones hechas con pizarra, tanto en muros como en tejados.

Campillo de Ranas, Majaelrayo, Tamajón, Almiruete, Palancares y Valverde de los Arroyos entre otros son los nombres de los pueblos que conforman esta ruta.

Estos son algunos de los monumentos que podéis ver en estos pueblos:

- Cogolludo: Palacio Ducal renacentista (s. XV), Plaza Mayor, Iglesia de Santa María (s. XVI): 

- Tamajón: Ermita de Nuestra Señora de los Enebrales(s. XII), Palacio de los Mendoza 

- Retiendas: Monasterio cirtenciense de Bonaval (s. XII) 

- Campillejo: Muestras de la Arquitectura Negra 

- El Espinar: Muestras de la Arquitectura Negra 

- Robleluengo: Muestras de la Arquitectura Negra - Majaelrayo: Muestras de la Arquitectura Negra 

- Almiruete: Muestras de la Arquitectura Negra

- Palancares: Muestras de la Arquitectura Negra 

- Valverde de los Arroyos: Muestras de la Arquitectura Negra

Para más información podéis visitar la web www.dguadalajara.com

Valverde de los Arroyos es un pueblo tranquilo y pequeño. Muy cómodo para pasear por sus calles, incluso con un carro de bebé, ya que está perfectamente pavimentado.

El acceso de coches está restringido a los residentes por lo que es poco probable cruzarse con algúno durante el paseo.

Tienen habilitado un parking para visitantes a la entrada, y aunque parece que la pendiente de acceso al pueblo es muy pronunciada, luego no es para tanto y llegas en unos minutos.

Nada más llegar lo primero que encontramos fue un lavadero de piedra que se sigue utilizando.

Además de para su uso habitual, los niños del pueblo en verano lo utilizan como piscina improvisada.

Directamente fuimos a comer, ya que llegamos a la hora que teníamos reservada mesa en el restaurante mesón Los Cantos.

Es un restaurante muy acogedor, que aúna buen precio, calidad y trato amable.

Después de la comida empezamos el paseo por el pueblo. Salimos del restaurante a mano izquierda y llegamos a la calle principal en la que encontramos la iglesia parroquial de San Ildefonso (s.XIX), seguimos subiendo la calle principal y llegamos a la plaza de María Cristina, presidida por una fuente donde poder disfrutar de agua fresca procedente de las montañas, el ayuntamiento y una amplia muestra de la arquitectura del lugar.

Tras llenar nuestras botellas de agua, seguimos el paseo cuesta arriba, dejando atrás algunos lugareños vendiendo manzanas y tomates a las puertas de sus casa.

En la cima del pueblo encontramos una gran explanada de hierba convertida en campo de fútbol.

Dejando este campo a mano izquierda llegamos al inicio de las sendas. La más conocida, la senda que lleva hasta la Cascada de La Chorrera Despeñalagua, con una caída de 120 metros.

Desde este punto, los aficionados al senderismo pueden disfrutar de varias rutas con diferentes niveles de dificultad.

Volviendo atrás y atravesando el campo de fútbol, nos encontramos un parque infantil en el que estuvieron disfrutando Iván y Sofía durante un buen rato.

Cuando conseguimos arrancar a los niños de los columpios del parque retomamos nuestro paseo por el pueblo, disfrutando del imponente paisaje de montaña que rodea el pueblo y las terrazas de las casas con sus huertos.

El camino de vuelta al coche lo pasamos recogiendo moras.

Fue un día fabuloso que recomendamos a todo el mundo.