10 de octubre de 2015

ESCAPADAS: PATONES DE ARRIBA

Había escuchado hablar de este pueblo mil y una veces.
Decían que era precioso, que tiene mucho encanto, que tiene un paisaje alucinante...y no mentían.



Sí tengo que decir en su contra que no es un pueblo cómodo para pasear y menos si vas con un carro de bebé, por lo que lo primero que os recomiendo es que llevéis botas de montaña (si las tenéis) y si no un zapato que tenga buen agarre y que os sujete bien el tobillo.
Las calles tienen un empedrado muy irregular y alguna que otra piedra suelta y no queremos accidentes!!

Como he dicho, ir con el carro por las empinadas calles llenas de piedras es misión imposible, así que es buen momento para hacer uso del portabebés. Yo lo olvidé en casa y no sabéis cómo lo eché de menos!!



Nada más llegar lo primero que impresiona es la carretera de subida desde Patones de abajo a Patones de arriba. Estrecha, y llena de curvas, se va abriendo paso por la montaña hasta llegar al pueblo.
El acceso al parking de la entrada está reservado para residentes, así que para aparcar hay que seguir subiendo la cuesta hasta encontrar sitio.
Esta es mi tercera recomendación: madruga para no llegar muy tarde y así podrás aparcar más cerca del pueblo.
Recuerda coger todo lo que necesites del coche, ya que si has aparcado lejos, y luego tienes que volver, te tocará dar un paseito cuesta arriba.

Una vez que has conseguido aparcamiento, te puedes dirigir a la oficina de turismo que está situada en la Antigua Ermita para conseguir información sobre qué ver. Está abierta los Viernes, Sábados, Domingos y festivos de 9:00 a 13:30 y de 14;30 a 19:30.

Ya estás listo para lanzarte a la aventura de perderte por sus calles y descubrir cada rincón.
Tercer consejo: no te olvides de tu cámara de fotos. Seguro que te quedarán unas fotografías preciosas.


Una de las cosas que me llamó la atención es que el pueblo parecía un decorado y no es de extrañar ya que los lugareños que allí vivían decidieron bajar a vivir a Patones de abajo durante el s.XX por lo que sólo lo habitan los comerciantes y hosteleros que día a día hacen que este pueblo siga latiendo.

Nosotros fuimos a comer al restaurante El rey de patones, es un restaurante muy recomendable. Acogedor, con olor a horno de leña y a comida rica, con unas empleadas extremadamente amables, con adultos y niños. A Sofía la tuvieron entretenida después de comer enseñándole parte del restaurante y presentándole a la cocinera y a Iván no hacían más que hacerle cucamonas cada vez que pasaban.


Para ir abriendo boca nos pusieron unos chupitos de crema de calabaza que estaba espectacular.
Para cuatro personas pedimos media ración de migas, media de croquetas, media ración de patatas a lo pobre, cabrito para 3 (del que sobró la mitad y que tuvimos que pedir que lo pusieran para llevar...si es que comemos por los ojos!!!), chuletillas de lechal y de postre un tiramisú y una tarta de plátano. De beber tres cervezas, dos refrescos y agua.
La relación calidad-precio me pareció excelente. Nos cobraron 135 EUR por todo.
La comida estaba buenísima, los platos muy bien presentados y las cantidades muy abundantes.
No conozco otro restaurante allí, pero si algún día vuelvo seguro que repetiré. Lo recomiendo 100%.



Mi consejo es que llevéis dinero en efectivo para la comida y las compras que hagáis ya que la cobertura no llega muy bien al pueblo y a veces los datáfonos fallan.

Y hasta aquí mis recomendaciones para esta escapada.

Y vosotros,¿lo habéis visitado ya? ¿Tenéis algún consejo para compartir?

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